Mons.
Julián López Martín, Obispo de la Diócesis, nos hace partícipes a todos los
diocesanos de su carta pastoral con ocasión de la festividad del Corpus Christi
en la que nos invita a celebrar tal solemnidad aprovechando ?la experiencia
reciente para valorar mucho más que hasta ahora la Misa dominical como ?Mesa
del Señor y de los hermanos?. Él es quien nos reúne, nos alimenta con su
palabra y con su Cuerpo y Sangre y quien nos reenvía en misión para llevar a
nuestros hermanos, especialmente a los más pobres y necesitados, el testimonio
del amor fraterno».
Del
mismo modo, nos exhorta a poner en práctica la caridad «Pero de manera
palpable y contante. Y si no tenemos a mano a quién hacerlo, hagámoslo a través
de las instituciones caritativas y sociales?
?Sentado a la mesa
con ellos?
Ante el ?Día de
Caridad? de 2020
Queridos
diocesanos:
La
próxima solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo, el día 14 de junio,
domingo, nos va a recordar una vez más la íntima relación que existe, por
voluntad del propio Señor nuestro Jesucristo, entre la Eucaristía que
celebramos y el amor fraterno que
hemos de poner en práctica si de veras queremos ser sus discípulos. Os confieso
que después de los meses vividos con la preocupación generada por la pandemia
del Coronavirus me parece, mucho más
que un alivio, todo un signo de esperanza la llegada de la normalidad, aunque esta
todavía no es total y nos exige avanzar con prudencia.
Con
muy buen criterio los obispos de la Subcomisión Episcopal de Acción Caritativa y Social de nuestra
Conferencia nos han ofrecido una interesante reflexión que invito a leer y
meditar. Todos, de una manera o de otra, hemos padecido una situación que no
debemos olvidar sin más. Nos hemos encontrado inermes y desconcertados y aunque
existía una cierta confusión en cuanto a estadísticas de personas afectadas y
el panorama se nos antojaba más oscuro que claro, hemos podido pensar que
bastaba con tener cuidado para no contagiarse y mantener la confianza de que el
peligro terminaría pasando. No es verdad. Nos lo han recordado los obispos de
la Comisión Episcopal de Pastoral Social: ?Esta pandemia no solo nos está
dejando dolorosas muertes, sino que está provocando además una grave crisis
económica y social? Como consecuencia? está creciendo el número de personas que
sufren física, social, psicológica y espiritualmente. Muchas ya están
experimentando la noche oscura de los discípulos de Emaús al pensar que todo
está perdido?
No
sé hasta qué punto los fieles cristianos de nuestras parroquias, tanto urbanas
como rurales, han echado en falta la celebración de la Misa del domingo y la
participación sacramental en la Eucaristía con su prolongación en la vida
diaria. De los primeros siglos, cuando los cristianos eran perseguidos a muerte
y se veían obligados a interrumpir sus celebraciones, nos ha llegado un
testimonio conmovedor. Preguntados por qué quebrantaban la prohibición de
reunirse, respondían: ?Porque no podemos
prescindir de lo que es del Señor? en referencia tanto al domingo, el ?día del Señor?, como a la Eucaristía
fraterna.
Ahora
llega la solemnidad del Corpus Christi y
la celebraremos lo mejor posible. Esto supone aprovechar la experiencia
reciente para valorar mucho más que hasta ahora la Misa dominical como ?Mesa del Señor y de los hermanos?. Él es
quien nos reúne, nos alimenta con su palabra y con su Cuerpo y Sangre y quien nos
reenvía en misión para llevar a nuestros hermanos, especialmente a los más
pobres y necesitados, el testimonio del amor fraterno. Pero de manera palpable
y contante. Y si no tenemos a mano a quién hacerlo, hagámoslo a través de las
instituciones caritativas y sociales. Ahí está Caritas diocesana de León con sus comedores, sus centros de
acogida, sus residencias y dispensarios y sus planes de acción social. No lo
olvidéis: ?Caritas? es la mano de la
Iglesia que sirve y comparte.
Celebremos lo
mejor posible el ?Día del Cuerpo y de la
Sangre de Cristo? cantando al ?Amor
de los Amores? pero sin olvidar, como postula el ?Día de Caridad?, que ?unidos
al Señor, nos convirtamos en testigos de la fe, forjadores de esperanza, promotores
de fraternidad y constructores de solidaridad en medio de esta situación tan
dolorosa que estamos atravesando?. Con mi cordial
saludo y bendición:
+Julián,
Obispo de León