La Flagelación
Gaspar de Becerra, S. XVI
"Y todo el pueblo contestó diciendo: Caiga sangre sobre nosotros y sobre nuestros hijos. Entonces les soltó a Barrabás; y a Jesús, después de haberle hecho azotar, se lo entregó para que le crucificaran"
Mateo 27, 25-26
Mateo 27, 25-26
El Cristo atado a la Columna es la talla más antigua y una de las de mayor calidad que posee la Cofradía.
Atribuida al escultor romanista Gaspar de Becerra, en la segunda mitad del siglo XVI, entre 1558 y 1562, cuando dicho escultor estuvo trabajando en el retablo de la Catedral de Astorga. Nos presenta la tipología de un Cristo de gran piedad, abrazado a una columna alta, tipología típica de ese periodo, estando la misma coronada por un gallo, como símbolo de las negaciones de Pedro. La imagen es de tamaño algo menor del natural, y se desconoce como llegó a propiedad de la Cofradía y desde cuando forma parte de las procesiones organizadas por ésta.
Atribuida al escultor romanista Gaspar de Becerra, en la segunda mitad del siglo XVI, entre 1558 y 1562, cuando dicho escultor estuvo trabajando en el retablo de la Catedral de Astorga. Nos presenta la tipología de un Cristo de gran piedad, abrazado a una columna alta, tipología típica de ese periodo, estando la misma coronada por un gallo, como símbolo de las negaciones de Pedro. La imagen es de tamaño algo menor del natural, y se desconoce como llegó a propiedad de la Cofradía y desde cuando forma parte de las procesiones organizadas por ésta.
Cabría la posibilidad de que ésta llegara mediante algún tipo de donación, o bien, hubiera sido comprada al propio Convento de Santo Domingo, donde tenía capilla propia la Cofradía, o a algún otro monasterio o parroquia tras la desamortización de Álvarez Mendizábal.
Lo que si consta en los exiguos archivos de la Cofradía y los libros de cuentas que han llegado hasta nosotros, es que en el siglo XVIII ya figuraba entre los pasos que procesionaba la hermandad, denominado, en algunos documentos antiguos, como el Sr. a la Coluniya.
La composición del paso es marcadamente vertical, cuyo eje principal lo conforman la propia columna y la imagen de Jesús, que se dispone paralelo a ella.
Hasta 1943 no hacen aparición los sayones que completan el conjunto, cuando el Abad, Hno. Gonzalo de Paz del Río, informa que en un viaje a Barcelona ha visitado a un “artista especialista en imágenes” y ha contratado los dos sayones que azotan a Cristo y el soldado romano que ambientan la escena, y cuyo coste fue de 10.000 pesetas, siendo su estreno en el año de 1944. En esos mismos talleres se adquirió el ángel de la Oración en el Huerto, de los que nada más conocemos.
También en ese año se adopta la denominación actual del paso, "La Flagelación", aunque también es conocido como "el gallo", por el ave que figura en el capitel de la columna.
Lo que si consta en los exiguos archivos de la Cofradía y los libros de cuentas que han llegado hasta nosotros, es que en el siglo XVIII ya figuraba entre los pasos que procesionaba la hermandad, denominado, en algunos documentos antiguos, como el Sr. a la Coluniya.
La composición del paso es marcadamente vertical, cuyo eje principal lo conforman la propia columna y la imagen de Jesús, que se dispone paralelo a ella.
Hasta 1943 no hacen aparición los sayones que completan el conjunto, cuando el Abad, Hno. Gonzalo de Paz del Río, informa que en un viaje a Barcelona ha visitado a un “artista especialista en imágenes” y ha contratado los dos sayones que azotan a Cristo y el soldado romano que ambientan la escena, y cuyo coste fue de 10.000 pesetas, siendo su estreno en el año de 1944. En esos mismos talleres se adquirió el ángel de la Oración en el Huerto, de los que nada más conocemos.
También en ese año se adopta la denominación actual del paso, "La Flagelación", aunque también es conocido como "el gallo", por el ave que figura en el capitel de la columna.
El trono sobre el que desfila el conjunto, realizado en madera de cedro por el taller de los Hermanos Caballero González, de Sevilla, en el año 2011, consta de una canastilla de curvas y contracurvas, con cuatro faroles en las esquinas, en la que se ubican ocho escenas encargadas al escultor Mariano Sánchez del Pino con diversos motivos, como la Entrada de Jesús en Jerusalén, la Sagrada Cena, una caída de Jesús con la Cruz,… así como dos querubines que, en el frontal del paso, portan el emblema de la Cofradía.
Tras diversas restauraciones, más o menos afortunadas, se ha realizado una profunda limpieza de la talla en el año 2008, a cargo de la Dirección General de Patrimonio Cultural perteneciente a la Consejería de Cultura y Turismo de la Junta de Castilla y León, eliminando distintos repintes y recuperando, en la mayor medida posible, su color original, tal y como la concibió el autor.
Tras diversas restauraciones, más o menos afortunadas, se ha realizado una profunda limpieza de la talla en el año 2008, a cargo de la Dirección General de Patrimonio Cultural perteneciente a la Consejería de Cultura y Turismo de la Junta de Castilla y León, eliminando distintos repintes y recuperando, en la mayor medida posible, su color original, tal y como la concibió el autor.