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La Crucifixión
José Antonio Navarro Arteaga, 2022

"Era la hora de tercia cuando le crucificaron. El título de causa estaba escrito: El Rey de los Judios. Crucificaron con El a dos bandidos, uno a la derecha y otro a la izquierda, y se cumplió la escritura que dice: Fue condenado entre malhechores"
Marcos 15, 26-28

 

La Crucifixión La primera constancia de la incorporación de un crucificado en la Procesión de los Pasos es cuando se adquiere en 1908, junto al nuevo paso de la Coronación, con el nombre de “Santo Cristo”, a los talleres de imágenes cristianas levantinos, tal vez de Olot o de Valls, en el transcurso de la abadía del Hno. Mariano Andrés Lescún.

El paso representa a Cristo vivo en la Cruz, dirigiendo una última súplica al Padre.

En el año 1928 se adquieren las primeras imágenes de San Juan y la Virgen María, para completar el Calvario, siendo Abad el Hno. Enrique Salgado Benavides, procedentes de los talleres "El Renacimiento" de Olot, Gerona.

Entre los años 1956 y 1960, se incorpora la imagen de la Magdalena, de Víctor de los Ríos, y que forma parte del paso del Descendimiento (1945), propiedad de la Real Cofradía del Stmo. Sacramento de Minerva y de la Santa Vera+Cruz.

El Cristo de la Crucifixión fue cedido, igualmente, a la Cofradía del Santo Cristo del Perdón en el año 1965, para su primera procesión por las calles leonesas, hasta que la hermandad ferroviaria encargara su propia imagen titular a Ángel Estrada en 1966.

 

La Crucifixión De igual modo, la imagen de la Virgen adquirida en 1928, formó parte, de un nuevo paso en la Cofradía de Ntra. Sra. de las Angustias y Soledad, que en 1994 solicitó la figura para que desfilara bajo la advocación de la Consolación de María, en la Solemne Procesión del Santo Entierro de ese año, siendo el paso portado íntegramente por mujeres.

En 1990, y después de una década de diversos estudios para su remodelación, se acuerda sustituir las efigies de San Juan y la Virgen, siendo encargadas al escultor madrileño Faustino Sanz Herranz, así como otra de María Magdalena. Estas nuevas esculturas no son del agrado de la Cofradía, y se llega al acuerdo, con el mismo escultor de reemplazarlas por otras, siguiendo los bocetos de Melchor Gutiérrez San Martín.

En 1994 el paso estrena un nuevo trono, siendo completado en 1995. El trono está realizado en Guadamecil, es decir, cuero repujado, labrado y policromado con motivos ornamentales por Melchor Gutiérrez San Martín en 1995, así como los cuatro evangelistas que, situados en las esquinas del mismo y produciendo cuatro ángulos diferentes, rompen las simetrías del paso.

La imagen del Crucificado fue restaurada por última vez en el año 2007 por Dña. Francisca Romero Abajo, Licenciada en Bellas Artes y Especialista en conservación y restauración de Bienes Culturales, paliando los deterioros surgidos con el paso del tiempo, así como eliminando la suciedad y repintes que disimulaban antiguas reparaciones.

 

La Crucifixión Tras haber sido aprobado en Junta General Extraordinaria de noviembre de 2019, se acuerda sustituir las imágenes actuales por otras nuevas, cuyo encargo recae en el escultor hispalense José Antonio Navarro Arteaga, que ya en el año 2000 había realizado el paso de la Exaltación de la Cruz para nuestra Cofradía.

La fecha prevista para su estreno sería la Semana Santa 2021, pero la pandemia mundial provocada por la COVID-19 dilató la puesta de largo de este nuevo paso hasta el año 2022, siendo Abad de la Cofradía el Hno. Francisco Javier Jimeno Gómez.

La nueva escena sigue compuesta por un Cristo implorante al Padre, María, Madre de Dios, con un dolor inconsolable que se mantiene como ausente al pie de la Cruz, incapaz de encontrar consuelo en todo aquello que la rodea, mientras que la Magdalena, rota por el dolor, cae de rodillas frente al Maestro. Por su parte, San Juan, mira a Cristo crucificado, completando la escena.

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